Asegúrese de que los alimentos estén secos antes de freírlos. Si no es así, escurra cuidadosamente los restos de hielo y agua en la medida de lo posible hasta que los alimentos que vaya a freír estén convenientemente secos. No mezcle distintos tipos de aceite o grasa. Asegúrese de que la cubeta interior está limpia. Si no es así, debe limpiarla adecuadamente según se indica en las instrucciones e uso.