Si hoy tienes la piel inexplicablemente seca, descamada y tirante, puede que se deba en gran parte a la falta de hidratación. Por desgracia, aunque las células de la piel dependen enormemente del agua, suelen ser la última parte del cuerpo en recibirla. Por eso, debes asegurarte de beber los fundamentales dos o tres litros de agua al día.