Si las estadísticas son ciertas, más de la mitad de los recién nacidos sufrirán ictericia. No obstante, gracias a la innovación en tecnología digital sanitaria y a los programas de fomento de la salud maternoinfantil, se está reduciendo su impacto.
Uno de esos programas, conocido como JETSET (Jaundice Early Treatment Study in Term Newborns; estudio del tratamiento precoz de la ictericia en recién nacidos a término), fue creado por el Dr. Jideofor Menakaya, neonatólogo en el Hillingdon Hospital de Londres. Este programa de atención integral intra- y extrahospitalario se desarrolló en base a una idea de trabajo en equipo, un modo de ayudar a padres y recién nacidos en riesgo de ictericia en su lucha contra la enfermedad. Lo mejor de la medicina preventiva Poder participar en programas de prevención de este tipo ofrece grandes oportunidades a los padres primerizos, ya que permiten prevenir problemas de salud antes de que afecten al recién nacido. Además, al ser programas que combaten la ictericia y los problemas de lactancia, dos de los principales motivos de reingreso, tienen un impacto muy positivo en el balance final de los hospitales.
Si pensamos en otros factores de riesgo, los bebés nacidos a término que solo se alimentan con leche materna presentan riesgo alto de ictericia, lo que amplía el marco de posibles problemas de salud en lactantes sanos. Para la American Academy of Pediatrics y el programa JETSET, uno de los principales objetivos consiste en fomentar y apoyar la lactancia materna entre las madres primerizas. El programa del Dr. Menakaya aborda ambos objetivos: aumentar la lactancia y, al mismo tiempo, reducir la incidencia de la ictericia, con especial atención al vínculo entre hiperbilirrubinemia y lactancia, que tanto preocupa a padres y profesionales sanitarios. Para el Hillingdon Hospital, quedó patente que ambos aspectos resultan fundamentales. “Si un bebé daba signos de ictericia, redoblábamos los esfuerzos para apoyar y fomentar la lactancia materna”, comenta el Dr. Menakaya. “Al respaldar una hidratación adecuada con una correcta lactancia, se facilita la eliminación de la bilirrubina en la orina y las heces del bebé”, apunta.