La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calculado que dos tercios de la población mundial carecen de acceso a la tecnología básica de imagen médica, lo que provoca retrasos evitables, y a veces mortales, en el diagnóstico y el tratamiento [1]. ¿Y si pudiéramos suplir esas lagunas asistenciales, virtualmente? Como madre que tuvo la suerte de tener acceso a la tecnología y los conocimientos médicos más avanzados cuando tuve complicaciones en el parto, las cifras me siguen sorprendiendo. Cada día, más de 800 mujeres de todo el mundo mueren por complicaciones en el embarazo y en el parto. Aunque la mayoría de estas muertes se producen en países de ingresos bajos y medios, las tasas de mortalidad materna en naciones desarrolladas como Estados Unidos cuentan una historia igualmente triste, en la que las mujeres de las zonas rurales se ven afectadas de forma desproporcionada [2,3]. Lo que me rompe el corazón es que muchas de estas muertes podrían evitarse, si tan sólo esas mujeres tuvieran acceso a una revisión rutinaria por ultrasonido que revelara las complicaciones mucho antes [4]. Y este no es el único ejemplo. Tener acceso a la tecnología de imagen médica - ya sea una ecografía básica o una radiografía, o modalidades más avanzadas como la TC y la RM - pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. No hay más que pensar en las innumerables vidas que se han salvado sólo con las mamografías y los exámenes de detección pulmonar rutinarios. Sin embargo, hoy en día, dos tercios de la población mundial carecen de acceso incluso a la tecnología de imagen básica. Incluso en las regiones desatendidas en las que se dispone de la tecnología, lo que suele faltar son manos hábiles para manejarla y ojos experimentados para interpretar los resultados. Los pacientes, por su parte, pueden verse disuadidos por los largos y costosos desplazamientos al centro sanitario más cercano, y la preocupación por la seguridad supone otra barrera en tiempos de COVID-19. El resultado: retraso en las pruebas, el diagnóstico y el tratamiento, con un aumento de los costes derivados para los sistemas sanitarios y un mayor riesgo de resultados adversos para los pacientes.
Esto no tiene por qué ser así. Para los pacientes de zonas remotas y desatendidas, así como para los profesionales sanitarios que se esfuerzan por atenderlos, hay una nueva esperanza en el horizonte. Ahora podemos ofrecer una mejor atención a los pacientes, mediante una colaboración virtual que apoya al personal local desde la distancia. Esto es lo que parece.
La OMS recomienda que todas las mujeres embarazadas se sometan al menos a una ecografía, preferiblemente en las primeras 24 semanas de embarazo, para calcular con precisión la edad gestacional, detectar anomalías fetales y mejorar la experiencia general del embarazo. Pero en las vastas zonas rurales de Kenia, donde escasean los especialistas en ecografías, y las mujeres embarazadas pueden tener que viajar durante muchas horas hasta el hospital más cercano, esa orientación sigue estando muy lejos de la realidad. Por ello, Philips Foundation, junto con socios clínicos locales y el Ministerio de Sanidad de cada país, está poniendo la ecografía portátil en manos de matronas formadas en centros de atención primaria, al tiempo que las conecta con especialistas experimentados en hospitales urbanos. Mediante una combinación de formación presencial, educación a distancia y colaboración en vídeo en tiempo real, las matronas pueden adquirir las habilidades y la confianza necesarias para realizar por sí mismas las pruebas obstétricas básicas rutinarias. Esto les permite prestar una mejor atención e identificar a las mujeres de alto riesgo para que reciban un tratamiento oportuno en un centro sanitario adecuado, lo que les da una oportunidad mucho mayor de traer al mundo un niño sano. Y la colaboración virtual no termina ahí. Forma parte de un ecosistema digital completo de atención conectada, en el que todos los datos relevantes del paciente -incluidas las pruebas de laboratorio y los datos de las ecografías- pueden compartirse entre distintas localizaciones para garantizar la asistencia y el diagnóstico a distancia.
Un ecosistema de atención materna integrado digitalmente permite a los médicos, las matronas y los trabajadores sanitarios de la comunidad compartir los datos de los pacientes y consultarse virtualmente para realizar diagnósticos a distancia. Mediante una sencilla aplicación móvil, las matronas pueden elaborar un perfil de salud de las embarazadas recogiendo datos de los exámenes físicos realizados en los centros de atención primaria o incluso en el domicilio de la futura madre. A partir de estos datos se genera una puntuación de riesgo, que puede ayudar a los cuidadores a identificar a las mujeres que necesitan cuidados adicionales. Además, las futuras mamás pueden participar en su propio cuidado a través de una aplicación educativa que ofrece consejos relacionados con el embarazo. La aplicación también les permite hacer un seguimiento de datos como el recuento de patadas, los síntomas del embarazo y el uso de la medicación, y compartir esos datos con los cuidadores para obtener una imagen aún más completa. A través de este modelo basado en la nube, los obstetras y ginecólogos autorizados pueden vigilar a los pacientes desde cualquier lugar. Philips Foundation ha puesto a prueba elementos de este enfoque con la Universidad Internacional Amref Health Africa en Kenia, y ahora está trabajando con el Centro de Excelencia en Salud de la Mujer y el Niño de la Universidad Aga Khan para evaluar su impacto en los resultados clínicos de forma más sistemática. Las primeras experiencias son muy alentadoras, ya que demuestran que las matronas formadas en centros de atención primaria -con el apoyo remoto adecuado- pueden desempeñar un papel integral en la detección temprana, el diagnóstico y el seguimiento del embarazo y de las complicaciones relacionadas con él. Otra ventaja es que, al compartirse digitalmente todos los datos de los pacientes, se deja menos rastro de papel, lo que hace que el enfoque sea más respetuoso con el medio ambiente. Todos se benefician.
Las matronas de las clínicas rurales de Kenia pueden ahora realizar exámenes básicos de ecografía a las mujeres embarazadas y compartir los datos a distancia para la colaboración virtual (Fotos: Amref Health Africa) Lo que más me entusiasma de este tipo de modelo de educación a distancia es que no se trata de un simple parche temporal. Eleva el nivel de conocimientos y habilidades locales para ayudar a mejorar el acceso a la atención de una manera duradera y sostenible, justo donde se necesita, en el corazón de las comunidades. Con el mismo espíritu, Philips Foundation ha proporcionado a los médicos de urgencias de los hospitales de Estados Unidos una plataforma para formar a sus compañeros de Perú en el uso de la ecografía en el punto de atención (POCUS), mediante la colaboración virtual en directo. Los médicos formados en Perú se han convertido desde entonces en campeones locales que aprovechan sus aprendizajes más allá de su propia práctica educando a sus compañeros. Durante la pandemia, estos campeones locales también han asumido un papel de liderazgo en el uso de POCUS para apoyar el diagnóstico y la orientación del tratamiento para los pacientes de COVID-19. En el siguiente vídeo encontrará más información sobre esta colaboración intercontinental:
En los países desarrollados, como Estados Unidos, la experiencia en diagnóstico por imagen puede estar más extendida, pero a menudo está distribuida de forma desigual entre las zonas urbanas y rurales. Y este problema sólo puede empeorar. Por ejemplo, en el ámbito de la atención materna, se calcula que la escasez de obstetras, ginecólogos y especialistas en medicina materno-fetal (MFM) altamente cualificados en EE.UU. se multiplicará por más de tres entre 2020 y 2050, y la escasez será cada vez más grave en las zonas rurales. En la actualidad, más de una de cada diez mujeres de las zonas rurales de EE.UU. tiene que conducir 160 km o más para acceder a los servicios de obstetricia [3]. La colaboración virtual también puede formar parte de la solución. Mediante una plataforma de colaboración en vivo integrada en un sistema de ecografía, un ecografista experimentado de un hospital de la ciudad puede ayudar a distancia a su homólogo local en un examen ecográfico, mientras que un especialista en MFM puede utilizar la misma plataforma para discutir con ella el estado médico del paciente. Ya no importa si el paciente está sentado en la habitación de al lado o en una clínica en el otro extremo del estado. Virtualmente, el especialista en MFM está siempre cerca.
El poder de este enfoque es que puede hacer que la atención especializada sea más accesible y asequible, al tiempo que mejora la consistencia en la calidad de la atención y reduce los riesgos de seguridad en tiempos de COVID-19. Para los pacientes, el hecho de obtener la tranquilidad instantánea de un experto -en lugar de tener que esperar una o dos semanas- también les ahorra mucho estrés y ansiedad. En el futuro, podemos incluso imaginar a una enfermera realizando una ecografía rutinaria en casa o en una clínica local, utilizando el tipo de dispositivo portátil que ya existe hoy en día, con un ecografista experto ayudando a la enfermera de forma remota, y con la IA extrayendo información básica de la exploración. En la era posterior a COVID-19, en la que los pacientes esperan tener un acceso cómodo a la atención médica cerca de su casa, esto abrirá vías totalmente nuevas para el diagnóstico y el tratamiento. Y no sólo la ecografía estará más disponible gracias a la orientación y la formación a distancia. En otras modalidades de diagnóstico por imagen, que se enfrentan a una escasez similar de personal especializado, la virtualización también ayudará a distribuir los conocimientos de forma más uniforme entre los distintos lugares y, por tanto, a mejorar el acceso a la atención.
A diferencia de un dispositivo de ultrasonidos portátil, no podemos llevar un escáner de RM de 7 toneladas a las casas de los usuarios. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es conectar virtualmente a los expertos en diagnóstico por imagen en un núcleo central -o lo que llamamos Centro de Mando de Operaciones Radiológicas- con los tecnólogos de diagnóstico por imagen en los escáneres de todos los centros asistenciales. Este modelo de centro y radios basado en la nube permite la colaboración en tiempo real y la asistencia de los usuarios expertos a sus colegas menos experimentados o especializados en lugares remotos, mientras el paciente está en la mesa del escáner. Esto no sólo ayuda a estandarizar la calidad de las imágenes, sino que también puede hacer que las imágenes avanzadas, como la RM y la TC, sean accesibles en más sitios, más cerca de donde viven los pacientes, en horarios más flexibles. En el futuro, un centro de mando de este tipo podría operar incluso más allá de las fronteras de los países, para apoyar la adquisición de imágenes donde y cuando sea necesario.
Del mismo modo, cuando se trata de la interpretación diagnóstica de imágenes, los servicios a distancia serán fundamentales para llegar a las comunidades desatendidas. En los últimos meses, la telerradiología ha demostrado ser especialmente valiosa para resolver los retrasos en el cribado del cáncer de mama, que quedó en gran medida en suspenso cuando se produjo la pandemia [5]. Especialmente en las zonas con problemas geográficos, donde escasean los radiólogos de subespecialidad, tener acceso a distancia a un especialista en imagen femenina puede suponer una gran diferencia a la hora de obtener los resultados de las mamografías con mayor rapidez. Y sabemos que los tiempos de respuesta son importantes: cuanto antes se detecte un cáncer, mejor será para las pacientes, los cuidadores y los sistemas sanitarios.
Por supuesto, cuando se trata de un reto tan complejo como la mejora del acceso a la atención sanitaria, la tecnología no es una respuesta en sí misma. Si hay algo que hemos aprendido es que la creación de asociaciones locales sólidas y el desarrollo de nuevos modelos de negocio son igual de importantes. Lo más emocionante de la virtualización del diagnóstico por imagen es que, juntos, podemos empezar a re-imaginar la atención de formas completamente nuevas, difundiendo conocimientos e integrando la información en distintos entornos, todo ello con el paciente en el centro. Mi deseo final es que todos los pacientes tengan acceso al nivel de atención adecuado, tanto si viven cerca de un centro sanitario como si están lejos. Todavía no lo hemos conseguido. Pero ya hemos dado grandes pasos en la dirección correcta. Y como las distancias físicas ya no son un impedimento tan grande como antes, la perspectiva de la salud para todos está un poco más cerca. Referencias:
[1] Morris, M.A., Saboury, B. (2019). Access to Imaging Technology in Global Health. In: Radiology in Global Health, 15-33. https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-319-98485-8_3
[2] World Health Organization (2019). Maternal mortality: key facts. https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/maternal-mortality
[3] Center for Medicare & Medicaid Services (CMS) (2019). Improving Access to Maternal Health Care in Rural Communities. https://www.cms.gov/About-CMS/Agency-Information/OMH/equity-initiatives/rural-health/09032019-Maternal-Health-Care-in-Rural-Communities.pdf
[4] Dagnan, N.S., Traoré, Y., Diaby, B., Coulibaly, D., Ekra, K.D., Zengbe-Acray, P. (2013). The use of ultrasound to reduce maternal and neonatal mortality in a primary care facility in Ivory Coast. Sante Publique, 25(1):95-100.https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23705340/
[5] Naidich J.J., Boltyenkov A., Wang J.J., Chusid J., Hughes D., Sanelli P.C. (2020). Impact of the Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) Pandemic on Imaging Case Volumes. J Am Coll Radiol, 17(7):865-872.https://doi.org/10.1016/j.jacr.2020.05.004
Global Business Leader Ultrasound and Head of Ventures Precision Diagnosis Bich Le leads Philips global ultrasound business as well as Philips Precision Diagnosis Ventures. She is dedicated to expanding access to care and improving patient outcomes across the globe.
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