Con el avance del tiempo todos hemos sido testigos de una transición epidemiológica según la cual la evolución de las sociedades ha ido acompañada de una reducción de la morbimortalidad por enfermedades infecciosas y un aumento significativo de enfermedades crónicas, de causas multifactoriales. A partir de este cambio hemos sido también testigos de la “revolución tecnológica” particularmente en el área de la medicina, telesalud, telemedicina, dispositivos médicos y también de la proliferación de los llamados “wearables”. En la propia definición de telesalud, término que nos ha inundado este último año, verificamos en que consiste el uso de la tecnología en la monitorización remota de pacientes y cuidados con dispositivos electrónicos que tienen la capacidad de recopilar datos de un paciente durante un período de tiempo prolongado apoyando la implementación de la telemedicina en su entorno. Estos pequeños dispositivos fueron desarrollados esencialmente para el uso en la práctica de deporte, la promoción de la salud, para promover el bienestar y tienen la capacidad de realizar un seguimiento preciso actividades relacionadas con la salud.1 Estos wearables tienen el potencial de capturar información con sincronización y monitorización en tiempo real, lo que permite a todos los que están en el entorno del paciente, monitorear y evaluar las condiciones de salud, comunicarse de manera efectiva, gestionar los factores de riesgo y con esto obtener retroalimentación: los cuales ayudan a habilitar la autogestión del paciente.2-3 Varios estudios resaltan la utilidad en la monitorización continua y el diagnóstico precoz para pacientes que tienen enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares (EC)4-5, diabetes mellitus (DM)5, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)5, enfermedad Parkinson6, cáncer7, disturbios mentales4 y otras.
En primer lugar, se necesita distinguir lo que son dispositivos médicos o no, pues dependiendo del parámetro analizado para poder sacar alguna conclusión es necesario que tenga un grado médico. Algunos de los parámetros monitorizados para el seguimiento de un paciente y su estado general de salud son el recuento de pasos, el gasto energético, duración del tiempo de actividad, estado de sueño, temperatura corporal, saturación de oxígeno, electrocardiograma, frecuencia respiratoria entre otros.4-8 Teniendo en mente el tipo de patología de un paciente, con la monitorización de solo algunos de los parámetros encima descritos, no sólo el personal asistencial sino también el propio paciente, podrán verificar la degradación de su estado de salud, comprobar su condición física antes de que se produzca un evento que pueda conllevar riesgo, así como observar los efectos de su adherencia o no a una determinada terapia.