Además, la tasa de mortalidad en los primeros 30 días tras cirugía mayor no cardiaca es de casi el 4%. “Puede parecer poco en porcentaje, pero dado el gran número de intervenciones quirúrgicas que se realizan en nuestro país cada día, supone un gran número de muertes”, añade el doctor Planas.
De hecho, según un estudio publicado en The Lancet por el Instituto Nacional de Investigación de la Salud del Reino Unido (NIHR), cada año 4,2 millones de personas mueren en el mundo en el mes siguiente a una intervención quirúrgica. “Una de las soluciones a este problema pasa por una mayor implantación de la telemedicina en las unidades de cuidados intensivos y de reanimación”, señala el responsable del Servicio de Anestesia y Reanimación de La Princesa.
Su compañero, el doctor Fernando Ramasco, jefe de Sección de Anestesia y Reanimación del Hospital Universitario La Princesa, subraya la importancia que tendrán en el futuro conceptos como smart monitoring, que consiste en averiguar qué pacientes postoperatorios son los que hay que vigilar más de cerca con sistemas de monitorización inteligentes.
En este sentido, el doctor Ramasco destaca el papel de las soluciones tecnológicas como IntelliVue Guardian, desarrollada por Philips para uso en un entorno perioperatorio –que abarca todo el proceso quirúrgico, desde su preparación hasta el postoperatorio– y que permite monitorizar de forma remota los signos vitales básicos de los pacientes, compararlos con escalas de predicción de complicaciones, y tomar decisiones mejor informadas.
El valor de IntelliVue Guardian se puso de manifiesto especialmente durante la crisis sanitaria de la COVID-19, cuando la unidad de cirugía mayor ambulatoria del Hospital La Princesa, en la que todos los puestos estaban equipados con este sistema, se tuvo que transformar en una unidad de cuidados intermedios respiratorios.