Durante los últimos años se ha ido extendiendo el uso de la RM post-infarto con el fin de predecir el pronóstico de los pacientes, conocer los cambios que pueden ocurrir en el tejido cardiaco o evaluar el beneficio de las terapias que se iban administrando a los pacientes. Y en los últimos tiempos, la tecnología y la innovación aplicada a esta técnica la ha convertido en la herramienta “más potente” de estudio del corazón tras un infarto de miocardio.
Como destaca el Dr. Valentín Fuster, director general del CNIC, Director del Instituto Cardiovascular y Director médico del Mount Sinaí Hospital de Nueva York, hasta ahora “no existían recomendaciones sobre las medidas a realizar en los estudios de resonancia magnética y el momento de hacerlas para evaluar el efecto de estas terapias”. Con la publicación de este consenso internacional elaborado con el apoyo de la tecnología y experiencia de Philips, se confirma la validez de esta tecnología que “permite analizar la anatomía del corazón, su función y composición del tejido de una forma muy precisa sin necesidad de utilizar radiación. Es la prueba ideal para evaluar el efecto de nuevas terapias den el infarto agudo de corazón”.