En situaciones de emergencia el principal factor que puede aumentar la probabilidad de supervivencia es el tiempo que transcurre desde que ocurre el accidente hasta que éste es atendido. Tal y como destaca EPES, “en la emergencia ha de primar la llegada rápida al lugar del accidente con los recursos más adecuados disponibles”, además de la capacidad para discernir la evolución prevista de los pacientes en los siguientes minutos por parte de los profesionales.
Desde que se creasen las unidades móviles de emergencias con tecnología y equipamiento moderno, la dotación de equipos médicos ha ido cambiando y evolucionando con la intención de mejorar la respuesta sanitaria y la confianza en la toma de decisiones en diagnóstico y tratamiento temprano.
Con este objetivo, los últimos equipos tienden cada vez a ser más pequeños, más precisos y más conectados. Cuando antes se requería de equipos pesados para monitorizar a un paciente y los desfibriladores portátiles no eran tan ligeros como debieran (los primeros llegaron a pesar más de 50kg), ahora existen sistemas que apenas superan los 5kg compuestos por pantallas duales dedicadas, una de ellas a la monitorización y otra a la desfibrilación exclusiva, y que reflejan en tiempo real los datos biométricos del paciente. Compuestos por un monitor de apenas 3kg y un desfibrilador profesional de 2kg, cada uno de los elementos destaca por la personalización, la resistencia y los buenos resultados clínicos, que permiten centrarse en el paciente y sus necesidades.