Duerme bien para estar bien

La mayoría de nosotros hemos tenido que adaptar nuestros horarios estos días, pero mantenernos fieles a las rutinas que nos han sostenido tanto tiempo, en particular el sueño, nos ayudará ahora y en el futuro. Asegurarnos de dormir lo suficiente puede ser un desafío ahora mismo. Hay demasiadas noticias que asimilar, cambios por todos lados y las cosas de las que dependemos no parecen tan ciertas como antes. Muchos de nosotros estamos ansiosos y estresados por todo esto. Dormir, que es una gran forma de restaurarnos, es una necesidad más urgente que nunca. 

Dormir es esencial para tener buena salud. Como impulso humano básico, debería ser algo automático y sencillo. Lamentablemente, a muchos de nosotros nos cuesta dormir bien de forma regular. Ya no nos vamos a la cama cuando se va el sol y nos levantamos con los pájaros. La luz artificial y las presiones del mundo moderno han llevado a esto, pero seguimos necesitando el mismo tipo de sueño continuo y restaurador que conseguimos con la evolución, especialmente cuando las cosas son inciertas. 

Las grandes ventajas de dormir bien

Dormir bien mantiene nuestro cuerpo funcionando sin problemas, lo que nos ayuda a cuidar de nuestra salud mental, emocional y física. De hecho, dormir bien mejora tu estado de alerta, cómo funcionas mentalmente y tu estado de ánimo, además de mantener el sistema inmunitario funcionando a la máxima capacidad. Perder incluso unas pocas horas de sueño, o padecer un sueño interrumpido porque tu pareja o tú roncáis, puede disminuir tu calidad de vida.

Cómo dormir mejor 

Puedes ayudar a proteger tu sueño, y todas las ventajas que proporciona, manteniendo una buena rutina, sin importar lo demás que pase en el mundo. Estos consejos pueden ayudarte:

1. Ponte en marcha. Puede que tu gimnasio no esté abierto ahora, pero puedes seguir moviendo tu cuerpo, y deberías hacerlo. Sal a caminar o correr, apúntate a una clase online, pon algo de música y monta una fiesta en casa… cualquier cosa que te haga moverte es buena.
2. Busca la luz. La exposición a la luz natural es crucial para mantener tu ritmo circadiano (el ciclo biológico de sueño-vigilia por el que pasamos a diario). Incluso si estás en interiores más de lo habitual en este momento, plántate junto a una ventana o sal al exterior (de forma segura) durante el día.
3. Destierra los azules. Estamos más atados a nuestros dispositivos electrónicos que nunca, pero emiten un tipo de luz azul que nos estimula. Si limitas la exposición a las pantallas, y te aseguras de que el filtro de luz azul esté activado, ayudarás a tu cuerpo a prepararse para descansar cuando acabe el día.
4. Descafeinado. Para muchos de nosotros, una taza de café caliente es indispensable para empezar bien el día, especialmente ahora, pero el estímulo de la cafeína pasa de ser maravilloso a lamentable cuanto más tarde te la tomas. Limita la cafeína en todas sus formas (café, refrescos y chocolate) cuando se acerque la hora de irse a la cama.
5. Organiza la hora de irte a dormir. La comodidad de una rutina predecible y repetida para irse a la cama puede facilitar que duermas mejor de noche. Asegúrate de que tu entorno para dormir sea cómodo, ligeramente fresco, oscuro y silencioso.