Prescribir ejercicio físico para personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) puede parecer ilógico. Sin embargo, los médicos afirman que el ejercicio puede ayudar a los pacientes con EPOC a revertir la incapacidad física que resulta de la falta de actividad.
“El ejercicio acondiciona los músculos, el sistema cardiovascular, el corazón y los vasos sanguíneos”, apuntó el doctor Norman Edelman, asesor médico senior de la American Lung Association.
Como resultado, se requiere menos oxígeno para llevar a cabo tareas o actividades diarias, lo que reduce la carga en los pulmones.
Una de las formas más sencillas y eficaces de hacer ejercicio es caminar, y se puede practicar al aire libre (cuando la calidad del aire es buena) o en interiores en una cinta de correr, en una pista o incluso en un centro comercial. Si caminar te supone demasiado esfuerzo, prueba con actividades más sencillas, como levantar una lata de comida entre cinco y diez veces.
“Aunque enseguida pierdas el aire y apenas puedas ir de la cama al cuarto de baño, puedes hacer ejercicio”, dijo Edelman. Con el tiempo, tu resistencia aumentará, al igual que la cantidad de actividad que serás capaz de hacer.
Si el médico te ha recetado oxígeno, es conveniente que lo utilices durante las actividades físicas.
Si no recibes tratamiento con oxígeno, pero te quedas sin respiración al practicar ejercicio físico, habla con tu médico para que te realicen una prueba de oxígeno. La prueba puede determinar si tus niveles de oxígeno caen durante el ejercicio y si el uso de oxígeno puede facilitarte la práctica de ejercicio. “Hay personas que tienen suficiente oxígeno en la sangre cuando están en reposo, pero no así durante el ejercicio”, afirmó Edelman.
No obstante, independientemente que, te hayan prescrito o no oxígeno, es importante que conozcas tus límites. Haz actividades en interiores los días en los que la calidad del aire exterior no sea buena y evita hacer ejercicio durante los brotes. Edelman también señaló que conviene dejar de hacer ejercicio siempre que te sientas agotado o incómodo.
Por último, si no estás seguro de qué ejercicio es el adecuado para ti o de qué cantidad es la recomendable, puedes asistir a un programa de rehabilitación pulmonar. Allí, un equipo de médicos, enfermeras y especialistas te ayudarán a elaborar un plan de forma física adaptado a tus necesidades y capacidades. Además, te ofrecerán estrategias respiratorias, técnicas de conservación de la energía y demás información práctica.
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