Todo padre de un niño con asma tiene motivos para preocuparse: desde una tos frecuente hasta las dificultades para respirar y las sibilancias, pasando por los problemas para dormir y la susceptibilidad a enfermedades. Tratar de controlar los síntomas de la mejor forma posible es una labor exigente. Aunque controlar el asma de su hijo es seguramente la máxima prioridad siempre, otra razón para cerciorarse de que su afección se está tratando adecuadamente es su rendimiento académico. En un reciente estudio publicado en Annals of Allergy, Asthma and Immunology se observó que los niños con un tratamiento inadecuado del asma tendían a tener peores resultados académicos, sobre todo si vivían en zonas urbanas. El asma es una de las principales causas de absentismo escolar por enfermedad. En este estudio, se registró una estrecha correlación entre los niños con un asma tratado de forma inadecuada y un mal rendimiento académico. "Se hallaron asociaciones entre un cuadro de asma desfavorable, un control ineficaz del asma, una función pulmonar alterada y otros síntomas de asma, y un retroceso de los resultados académicos," afirmó la autora principal del estudio, Daphne Koinis-Mitchell de Bradley/Hasbro Children's Research Center en Providence, Rhode Island (EE. UU.) en una nota de prensa. Aunque no se puede hacer gran cosa con respecto a vivir en una zona urbana y la contaminación y los riesgos para la calidad del aire que eso conlleva, es importante vigilar el asma del niño en el domicilio y dotarle (tanto al niño como a sus profesores, tutores y ayudantes) de las herramientas y la información necesarias para preservar su salud y seguridad mientras está fuera de casa. A continuación, detallamos un plan de tratamiento recomendado por el Departamento de Salud y Servicios a las Personas de EE. UU., con el centro escolar de su hijo: Ayudar a su hijo a preservar su salud reduciendo la exposición a los factores desencadenantes y tratando el asma con medicamentos cuando sea necesario es una de las mejores cosas que puede hacer para asegurarse de que asista a la escuela de forma habitual y no se quede rezagado. Pregunte al niño cómo se siente cada día. Si se queja de respiración cortada, si afirma estar cansado al poco de despertarse, si le dice que ha estado tosiendo en el colegio o en casa, examine su entorno para ver qué se puede controlar y hable con el pediatra para determinar qué medidas están funcionando y cuáles no. Reúnase con los profesores del niño para saber cómo está rindiendo en el colegio y si estos consideran que podría necesitar apoyo escolar individualizado.