Si bien aún estamos lejos de conocer el verdadero alcance de las lesiones producidas por la COVID-19, los cardiólogos han destacado los síntomas y las complicaciones de la neumonía como áreas fundamentales de posible atención, en especial, la miocarditis, la embolia pulmonar y la posibilidad de que se produzca un infarto agudo de miocardio.

Según las recomendaciones American Society of Echocardiography (ASE) (Sociedad Americana de Ecocardiografía), para monitorizar la evolución de la enfermedad y la hemodinámica de los pacientes con COVID-19, en la ecocardiografía se deben obtener los siguientes parámetros cardiacos: función del hemicardio izquierdo, función del hemicardio derecho, hemodinámica cardiaca y signos de derrame pleural. La evaluación de la función del hemicardio derecho es importante debido a la posibilidad de que se produzcan enfermedades pulmonares a corto plazo o miocarditis aguda, que podrían producir hipertensión pulmonar e insuficiencia cardiaca aguda del hemicardio derecho.

Las precauciones para la seguridad del profesional sanitario y el paciente son prioritarias. Los profesionales han señalado que el uso de equipos de protección individual adecuados, el establecimiento de criterios para el empleo de los transductores transesofágicos ecocardiográficos y una duración lo más breve posible del examen son medidas de especial importancia. Recomendamos una planificación exhaustiva previa del examen y la aplicación de protocolos y técnicas como 3D que reduzcan la necesidad de realizar varias adquisiciones y de resposicionamiento del transductor. En la medida de lo posible, las mediciones se deben realizar en una estación de trabajo independiente o una vez que el paciente haya abandonado la sala de examen.