Considerados el champán del café, los granos de Arabica tienen una asombrosa riqueza aromática que produce un sabor suave y profundo al mismo tiempo.
Considerados los reyes de la cafeína del café, los granos de Robusta contienen aproximadamente el doble de este estimulante que los granos de Arabica. Esto aporta al café un sabor intenso y ligeramente amargo.
Para disfrutar de una experiencia gourmet poco habitual, prueba los apreciados granos extraídos de las deposiciones del gato de algalia indonesio. Esta criatura, similar a una mangosta, se deleita con las bayas de café antes de excretar las semillas. El proceso digestivo por el que pasan las bayas aporta a los granos su distintivo sabor.
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